Una centrífuga o centrifugadora es una máquina que pone en rotación una muestra para
acelerar por fuerza centrífuga la decantación o sedimentación de sus componentes o
fases (generalmente una sólida y una líquida), en función de su densidad.
Existen diversos tipos de estos, comúnmente para objetivos específicos.
Uso
Una
aplicación típica consiste en acelerar el proceso de sedimentación, dividiendo
el plasma sanguíneo y el suero
sanguíneo en un
proceso de análisis de sangre.
También se
utiliza para determinar el hematocrito mediante una toma de muestra capilar. En este
caso la máquina utilizada se denomina microcentrífuga.
Es muy usada
en laboratorios de control de calidad, de fábricas que elaboran zumos a base de
cítricos, para controlar el nivel de pulpa fina de estos, separando la pulpa
fina del zumo exprimido.
Otra aplicación de las centrífugas es la elaboración de aceite
de oliva. En ella las aceitunas una vez molidas y
batidas se introducen en una centrífuga horizontal en la que se separa el
aceite que es la fracción menos pesada del resto de componentes de la aceituna;
agua, hueso, pulpa, etc.
Funcionamiento
El
centrifugado es una sedimentación acelerada, ya que la aceleración de la
gravedad se sustituye por la aceleración centrífuga,
, donde
es la velocidad angular de giro de la
centrifugadora y
es la distancia al eje de la
centrifugadora. Puesto que la velocidad angular de giro puede ser de miles de
revoluciones por minuto, se alcanzan aceleraciones mucho mayores que la
gravedad.
El
centrifugado, además de ser más rápido que la sedimentación, permite separar
componentes que la mera sedimentación no podría separar, por ejemplo separar el uranio 235 del uranio 238.
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